Rara vez he sido capturado por una película animada como en Waltz con Bachir.
Tal vez, es por su novedosa difuminación entre ficción y documental. O también ahora que lo pienso la idea de la memoria y el funcionamiento de nuestros cerebros. A quién no le ha pasado recordar algo (o creer recordar algo) totalmente que no correspondía a los hechos.
Personalemente, sé lo que significa embarcarse en uno producción, en ejecutar un proyecto y llevarlo a su terminación cueste lo que cueste. El personaje principal de ésta película lo hace, enfrentándose al peor enemigo posible, uno mismo.